LA CONDUCCIÓN EN EL INVIERNO
Consejos para una conducción más segura
Consejos para conduir en invierno con mal tiempo
Lluvia, niebla, frío, nieve...
Lluvia, niebla, frío, nieve ... Estas condiciones adversas provocan un riesgo añadido para la conducción. Para evitarlo hace falta seguir una serie de consejos.
- Preparar el viaje
Siempre és bueno ser previsor cuando tenemos que coger el coche, esto es especialmente útil a la hora de realizar desplazamientos invernales. Es recomendable informarse del tiempo que hará en las zonas por las que haremos este trayecto (l'AEMET es una fuente muy fiable) y el estado de las carreteras (DGT) para que no surjan imprevistos. También tenemos que llevar ropa de abrgo, un cargador para el movil y agua. Hemos de evitar, si es posible, viajar ante la previsión de temporales de frío.
- Preparar nuestro coche
Durante esta estación se aconseja llenar el depósito. En caso de heladas, utilizar una rasqueta para eliminar las placas del parabrisas. Nunca se debe hacer con agua caliente, debido a que el contraste térmico puede romper el cristal. Revisar el estado de las escobillas, el limpiaparabrisas y los niveles de líquido anticongelante es muy importante en esta etapa del año. Los neumáticos son especialmente importantes en estas fechas en el que la lluvia y incluso la nieve y el hielo son muy habituales. Es necesario revisar atentamente su estado y, en caso de zonas con temperaturas muy bajas en estos meses, recurrir a las cadenas y incluso a los neumáticos de invierno.
- Adaptar la conducción a las condiciones de la carretera
Es necesario aumentar la prudencia cuando se conduce en condiciones adversas.. Esto implica reducir la velocidad, evitar las maniobras bruscas y aumentar la distancia de seguridad. Si llueve abundantemente, se debe prestar atención ante la posibilidad de sufrir aquaplaning; en este caso, se debe coger fuertemente el volante, levanta suavemente el pie del acelerador y evitar frenar. Si nos encontramos con hielo o nieve , nunca se debe girar en exceso la dirección y frenar en línea recta para no comprometer la estabilidad del coche. Cuando se reanude la marcha sobre una carretera helada o nevada, hacerlo con marchas largas. Si hay niebla, conviene encender las luces antiniebla y guiarse por las líneas de la carretera.